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Podología infantil

Muchos de los problemas de un pie adulto tienen su origen en la infancia. Por ello, es recomendable la detección precoz y el control periódico del pie infantil para prevenir la aparición de complicaciones posteriores que dificulten el desarrollo correcto del pie y la marcha de tu hijo. Hay que destacar que la mayoría de patologías en el pie en edad infantil son totalmente asintomáticas y nuestro hijo no va a tener ningún tipo de dolor.

Nuestro equipo especialista en podología infantil recomienda un control periódico con el podólogo para poder realizar una exploración exhaustiva de nuestro hijo o hija y poder actuar en dos niveles básicos.

▪ A nivel de las posibles alteraciones dermatológicas; bien en onicopatias (degeneraciones y/o alteraciones en la placa de la uña), hiperqueratosis o durezas plantares, que pueden ir acompañadas de helomas, papilomas víricos, dermatomicosis (como el pie de atleta), eccemas, etc.

▪ A nivel de las posibles alteraciones biomecánicas; realizando un estudio biomecánico de la marcha; observando como se comporta el pie tanto en dinámica como en estática para poder realizar los tratamientos más adecuados para prevenir y evitar lesiones, y mejorar el rendimiento de nuestro hijo o hija.

Nosotros recomendamos una revisión anual periódica a partir de los 3 años de edad, ya que antes el niño todavía no a adquirido un patrón de marcha estable y es a partir de ahí cuando empiezan a realinearse las extremidades inferiores. Es entonces cuando debemos ser capaces de actuar si se detecta algún patrón de marcha que no esté dentro de las condiciones de normalidad para esa edad, minimizando de este modo las consecuencias que pueda tener de cara a cuando sea adulto.

Aproximadamente a los 8-9 años de edad, la forma y la estructura del pie ya casi va a ser la misma que la que va a tener cuando sea adulto, con lo que intentar modificar con tratamiento ortopodológico o rehabilitador es muy difícil, aunque no imposible. Además, los pies de los niños que presentan patología o una marcha fuera de las condiciones de normalidad no suelen producirle ningún dolor y detectarlo en edades tempranas nos ayuda mucho a mejorar el pronóstico futuro de su pisada.

Muchas veces pensamos que con el tiempo mejorará, pero lo cierto es que, en la mayoría de los casos, si no se trata en edades tempranas, una pisada incorrecta traerá muchas consecuencias, no solo en el pie, sino en estructuras superiores como tobillo, rodilla, cadera y espalda.

Tener un buen apoyo plantar garantizará un mejor desarrollo psicomotriz del niño y favorecerá la práctica lúdica y deportiva.

Si precisa realizarse un Estudio Biomecánico de la Pisada, puede solicitar cita en Vela Podología para una valoración individualizada de su caso, e informarle de forma detallada de sus opciones de tratamiento.

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